lunes, 31 de agosto de 2009

ANTICRISTO

El polémico cineasta danés Lars Von Trier, nos sorprende en esta ocasión con una incursión en el género de terror que va, como siempre, mucho más allá de lo que cabría esperar en un film de este género.

En Antiscristo, Lars propone un viaje a lo más profundo y oscuro de la naturaleza animal, en especial de la hembra, como parte inseparable e hilo conductor de ésta.
Es una película incómoda, en especial para la mujer; cómo no, ya ha sido tachada de misógina por la crítica. No se puede acudir a calificativos tan simplistas cuando estamos buscando lo que busca Von Trier: la verdad. Este tipo de juicios, o prejuicios, sólo suponen un incómodo obstáculo en el camino de quien busca.

La verdad puede ser incómoda, puede negarse, pero cuando alguien llega a ella de forma tan certera, al menos hay que reconocérselo, si es que se ha entendido algo.

Es curioso que siendo parte de la naturaleza, hayamos llegado a observarla con asombro, con asco, con terror, hay algo en nosotros de lo que huímos, que no queremos ver, que no queremos propagar, eso es el "mal", eso es, en términos cristianos, el "anticristo".
La hembra está más ligada a la naturaleza que el hombre, es más instintiva, más hormonal, más voluble, más caótica.
Es la que crea, la que hace que la rueda siga girando transmitiéndo a sus vástagos la vida, la vida sucia y cruel, tiene el poder absoluto sobre el futuro de la especie, lleva en el instinto cosas que detesta, que no entiende, pero que están ahí y no puede negar, una vez las descubre como parte de su ser.
La hembra deforma la realidad, manipula a los hijos y al macho para conseguir sus fines, lo ata, lo subyuga, lo controla, tiene el más importante de los motivos para hacerlo: la vida.
Cuando uno se hace consciente de si mismo a traves de la obsevación del resto de seres vivos y se descubre como parte de ese todo, ya no puede seguir negando la verdad: la naturaleza del animal humano, que en la hembra se aleja más de lo impuesto como "bueno", por la sociedad occidental, fuertemente condicionada por el cristianismo.

La cierva corre con su feto colgando, la cuerva devora a su pájaro caido del nido, la zorra se devora sus genitales, todas tienen en su poder el futuro de la especie, deciden sobre la vida, ellas deciden quien vive y quien muere...es demasiado poder.
Todo es repugnante, macabro, la naturaleza no es bella, es monstruosa, la mujer lo sabe mejor que el hombre y es partícipe, "peca", lleva consigo el "pecado original", el poder que la iglesia no admite, la "maldad" que condena, la sexualidad que mutila, que obliga a mutilar, que la propia mujer mutila obligada por la sociedad, otra vez influida por una fuerte carga cristiana.

Descubierto Satán=la mujer, hay que acabar con el mal, la mujer obliga al hombre a que la mate para salvarse, para preservarse del mal.
Morir, como tantas mujeres en la historia, luchando hasta el final por algo que detestas, luchando para preservar una naturaleza que querrías extinguir, algo que te han enseñado a odiar. También te han enseñado a engañarte para no odiarte y a odiarte cuando descubres lo que eres.
Y eso también es parte de la naturaleza, porque es parte del ser humano engañar y manipular a otros para ejercer control sobre ellos, como hace la hembra con el macho o con el hijo. Como ha hecho la Iglesia con la mujer.
Eva era demasiado poderosa para no obligarla a sentirse culpable, había que separarla de su Edén, hacer que se sintiera distinta, no dejar que se fundiera con la hierba, no dejar que fuese parte de los árboles, de la vida...

No hay mayor crueldad que obligar a un ser vivo a odiarse por lo que no puede dejar de ser.