martes, 16 de diciembre de 2008

MANHATTAN

Todo un clásico del neoyorquino Woody Allen, un brillante poema visual dedicado a esa ciudad que ama y que odia, pero a la que se siente inevitablemente aferrado.
Manhattan es una comedia con tintes de drama, una película que, como la mayoría del genio neoyorquino, nos habla del amor y del arte, de la juventud y la madurez, de la vida y de la muerte, pero sobre todo de la inevitable naturaleza humana.
Aquí mejor que nunca Woody nos muestra con lucidez la búsqueda de la desestabilizadora estabilidad emocional, mediante unos personajes inmaduros, cargados de miedos y neurosis, distantes pero en el fondo cercanos a lo que todos somos, siempre con un punto cómico de ironía y dulzura, sello inconfundible del maestro.
La película derrocha magia, una magia hipnótica que sobrecoje e impacta, una magia que graba en la retina momentos difíciles de olvidar. Imprescindible.

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